Se acercó a mi
pasando su brazo por mi hombro, me dijo: que loca estás, cuando te escucho pienso , es graciosa, su mano seguía en mi hombro y me
hablaba como si fuese yo un perro pachón, mis “rabietas feministas” le
resultaban graciosas.
Si, este es el día a día de una feminista graciosa, que mis
cosas, mis ocurrencias, son graciosas
Y así me muevo entre necios, entre hombre incultos sin un
ápice de ingenio, de inteligencia, más semejante a una ameba, que me hablan con
condescendía como si solo por el hecho de ser un varón, tengo que darle un
valor mayor a sus palabras y poner
en el lugar de rabietas mis reivindicaciones
feministas..
No hace falta inteligencia para sobrevivir, las amebas son
seres que sobreviven desde el comienzo de la vida en la tierra y no necesitaron
nunca cerebro, pero en este nuestro mundo de humanos el cerebro nos diferencia.
No me importa razonar con hombres o mujeres pero no tengo tiempo para razonar
con amebas, así que cuando me callo no otorgo, solo me protejo del agotamiento mental que me supone discutir
con personas que no amplían su visión del mundo más allá de lemas, lemas que
repiten como mantras, cansinos y agotadores, que no dudan nunca ante una
afirmación solo porque siempre se ha hecho así, que no dudan ni de sus propios
pensamientos, que no aceptan su ignorancia, que presumen como nadie de
certezas, me cansan, me sobrepasa la estupidez
y sobre todo la condescendencia..
1 comentario:
Ay...si.
Publicar un comentario